Fitra, el camino de los profetas

Conferencia pronunciada el 15 de julio de 2022 durante el XIX Encuentro Islam en Europa, en el Centro de Estudios Islámicos de la Mezquita Mayor de Granada. El texto que sigue es un estudio basado en las obras políticas de Ian Dallas sobre el camino a la renovación cívica e individual. Esté ha sido siempre el camino de los profetas, volver a la fitra.

You may find the English translation here.

Y cuando tu Señor sacó de las espaldas de los hijos de Adam a su propia descendencia y les hizo que dieran testimonio: ¿Acaso no soy Yo vuestro Señor? Contestaron: Sí, lo atestiguamos. Para que el Día del Levantamiento no pudierais decir: Nadie nos había advertido de esto.

Ni pudierais decir: Nuestros padres eran ya asociadores idólatras y nosotros hemos sido una generación consecuente. ¿Vas a castigarnos por lo que hicieron los falsos?

Así es como explicamos los signos por si se vuelven atrás.

Coran, 7:172-174.

En el nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo.

La paz y las bendiciones sean sobre el mejor ser humano que haya existido, nuestro guía y maestro, el mensajero de la Realidad, cuyo mensaje es un testimonio claro y una guía precisa para recordar al ser humano su naturaleza primordial. La paz y las bendiciones sean sobre su familia, sus compañeros y todos aquellos que le siguen y buscan su guía.

*** Parte I ***

Toda reflexión sobre la fitra, es, necesariamente, una reflexión sobre la condición humana. Y una reflexión sobre la condición humana es, también, una reflexión sobre sus circunstancias. El ser humano, como tal, es un locus de conciencia diferenciado espacial y temporalmente por su naturaleza material, y, por ende, no podemos separar una reflexión sobre el ser humano, de sus circunstancias espacio temporales.

De acuerdo con Carl Schmitt, el nihilismo es la dislocación de un hecho de su manifestación espacio temporal.[2] Pensar el ser humano sin pensarle en concreto, en sus circunstancias, es hablar del ser humano de forma abstracta, es hablar de todo pero no referirse a nada.

Es por eso que, para hablar de la fitra y para que esto tenga relevancia para nosotros, hemos de hacerlo dentro de las circunstancias en las que nos encontramos. No creo que haya mejor guía para analizar la condición humana y sus circunstancias particulares en el momento actual que el Dr. Ian Dallas, especialmente en sus últimas cuatro obras, conocidas como sus obras políticas.

Pero antes de adentrarnos en ellas y comenzar esta investigación que ha de llevarnos a los mismos límites del lenguaje, quiero ofrecer una definición del término fitra basada en los eruditos de nuestra tradición islámica. Me gustaría que mantuviéramos esta definición en mente mientras nos adentramos en el posterior análisis de las circunstancias que nos rodean.

El término fitra lo encontramos en Corán cuando Allah, exaltado sea, dice:

فَأَقِمْ وَجْهَكَ لِلدِّينِ حَنِيفًۭا ۚ فِطْرَتَ ٱللَّهِ ٱلَّتِى فَطَرَ ٱلنَّاسَ عَلَيْهَا ۚ لَا تَبْدِيلَ لِخَلْقِ ٱللَّهِ ۚ ذَٰلِكَ ٱلدِّينُ ٱلْقَيِّمُ وَلَـٰكِنَّ أَكْثَرَ ٱلنَّاسِ لَا يَعْلَمُونَ

Mantén tu rostro sin apartarlo de la adoración primigenia, como hanif. La marca original de Allah, con la que ha marcado a los hombres al crearlos. No se puede reemplazar la creación de Allah. Esa es la forma de adoración genuina, sin embargo la mayoría de los hombres no saben. (30:30)

Ustadh Abdelghani Melara dice, en su anotación sobre este término: Si bien “marca” no traduce exactamente el término árabe, permite mantener la figura etimológica del texto entre las palabras “fiṭra” y “faṭara”, “marca” y “ha marcado”. La etimología de fiṭra, expresa la primera hendidura, el inicio de algo. Su significado más preciso es la naturaleza innata del hombre, la particularidad con la que ha sido creado, su carácter genuino; gracias al cual reconoce a su Señor.[3]

Esto está en concordancia con la definición que hace Al-Ghazali en su Ihya Ulum ad-Din y que dice que fitra es la capacidad innata de los seres humanos para reconocer a Dios. Dice el Imam que toda persona tiene la potencialidad de reconocer la Realidad Unitaria de la existencia por esta “marca”, esta naturaleza innata.

Ibn Arabi va un paso más y dice que la fitra es la esencia original e inalterable de la criatura humana que le permite no solo reconocer la Realidad, sino ser un espejo de esta.

Según As-Suyuti, en su Tafsir al-Jalalayn, la fitra es la inclinación natural de los seres humano hacia la Verdad, la guía interna hacia la Realidad.

Shaij Abdalqadir Al-Jilani en su obra Sirr al-Asrar dice que la fitra es el estado primigenio y natural del ser humano antes de ser alterado por las circunstancias externas.

De todo esto deducimos que la fitra es un estado de reconocimiento de la Unidad, de la Verdad, de lo Divino, el estado primigenio del ser humano, su naturaleza innata, su forma original que es ser un espejo de la Realidad. Volveremos a este punto más adelante.

Este concepto no encaja con los postulados del pensamiento modernista ni postmodernista. La modernidad fue la carrera desbocada -ilustrada por la fuerza bruta de la máquina vapor- para encontrar una verdad absoluta, una realidad última en el universo, la materia básica de la que se constituye la materia, fuera del reconocimiento de Dios.

Esta fútil tarea llego a su fin cuando la física cuántica deshizo cualquier posibilidad al proponer el principio de incertidumbre. Cuanto más se afinaba en la observación, menos se encontraba.

La postmodernidad es el desesperado intento de encontrar significado en la nada. De donde nada hay, nada puede surgir. Todo es relativo. La paradoja de la postmodernidad es que no hay verdad absoluta -y por la tanto no hay verdad ninguna- pero esto en sí, es una verdad absoluta.

En cualquier caso, la definición que hemos esbozado de fitra nos dice que esto no es así. Que sí existe una verdad inalienable al ser humano. Que este tiene una naturaleza primigenia que, en última instancia, no le pertenece, puesto que le es dada. Y para esto hace falta un Dador, un Creador. Este es el hecho básico que ni el pensamiento moderno ni el postmoderno quiere acepar.

Me gustaría añadir un matiz más a esta definición de fitra. Es el aspecto social y que Dr. Dallas menciona cuando define fitra en la obra El Ínterin es Mío. Dice:

(…) ‘FITRA’ o naturaleza primordial, ese patrón cultural de los primeros seres humanos que funcionaba porque estaba en armonía con la naturaleza, o mejor dicho, con el proceso natural. [4]

Dr. Dallas matiza las definiciones de los autores anteriores y añade un aspecto importante que no encontramos en estas. El patrón cultural. El patrón cultural es la forma de vida compartida por un grupo de seres humanos. Esto no quiere decir que los eruditos mencionados estén, ni mucho menos, equivocados o les falte percepción, sino que estos vivieron en tiempos en los que el Din era un patrón de vida establecido y compartido por un grupo humano, mientras que Dr. Dallas lo hace desde unas circunstancias en las que esto está casi extinto.

En otro lugar, en la misma obra, Dr. Dallas dice:

(…) un entramado social depende del individuo que es parte del mismo y su programa surge a partir de él. Y sin embargo es, al mismo tiempo, un producto y un productor del nexo social. Dicho con otras palabras: no se puede seguir el rastro de la enfermedad social hasta una manifestación psicológica. Lo que ahora sabemos, es que la trama de prácticas cívicas afecta al diseño genético del individuo. [5]

Para poder llegar a vislumbrar cuál es esta naturaleza primordial y luminosa del ser humano que le lleva a reconocer el patrón natural del universo establecido por el Creador y a verse a si mismo como parte de este, y no fuera de él, y por lo tanto a vivir en armonía con el resto de la creación, debemos partir de la base de que este patrón de comportamiento, cuyo ejemplo más sublime es el Profeta Muhammad y sus compañeros, no se encuentra aplicado en su totalidad a nivel social en nuestro momento histórico.

Si este patrón no se encuentra establecido, y la prueba de esto es la crítica situación en la que se encuentran la mayoría de los seres humanos y el planeta mismo, al borde de un colapso psicológico y natural, tenemos que ver primero cuál es el patrón social y el resultado individual de este. O, dicho de otra forma, cuál es la condición individual que resulta en este patrón social.

Dr. Dallas comienza su obra La Hora del Beduino con la siguiente afirmación:

Se ha establecido una interpretación de la realidad que concuerda plenamente con los programas de la elite del poder cuyo objetivo es conseguir la expropiación de la riqueza personal y su posterior traslado a estructuras estatales y corporativas interconectadas entre sí. Para ocultar aún más la sobornable verdad de esta oligarquía, lo más apropiado fue tomar prestado el vocabulario del emergente método científico del evolucionismo materialista. El resultado es que se ha presentado a las masas ignorantes del mundo entero, un modelo de la realidad que es ficticio y determinista al mismo tiempo. [6]

De esto podemos entender que existe una realidad, que en el contexto histórico podríamos decir que son los eventos ocurridos, pero esta realidad de los eventos ocurridos puede ser interpretada de diferentes formas. Es decir, se puede contar la historia utilizando un lenguaje, en este caso, el vocabulario del emergente método científico del evolucionismo materialista, para que los eventos históricos se vean en una luz u otra.

En este caso, se han presentado de tal manera que esconden el cambio de manos de la riqueza y la propiedad, para proponer que lo que realmente ha pasado ha sido una liberación del ser humano del yugo de la esclavitud física y psicológica que le oprimía. El evento del que hablamos es el de la Revolución Francesa y sus consecuencias posteriores. Dr. Dallas dice en su obra El Ínterin es Mío:

La mentira de la modernidad es postular que los hombres vivían en estructuras sociales primitivas ligadas entre sí por vínculos tribales y enemistad y que se movían por la tierra impelidos por la búsqueda de recursos; y esto se contrapone con nuestros días en los que los hombres viven en Estado diseñados estructuralmente, a los que se le llama naciones, donde la toma de decisiones está en manos de un elite elegida por la masa del populacho y donde el pragmatismo de la supervivencia ha quedado desplazado por la estructuración matemática de los procesos sociales.[7]

El comienzo de esta interpretación de la realidad en la que vivimos y de la cual surge el patrón social actual Dr. Dallas lo sitúa en la Revolución Francesa. Hemos de recordar que, cómo hemos dicho, un patrón social tendrá como resultado un individuo concreto y que para poder llegar a conocer nuestra fitra hemos de conocer cuáles son los elementos que pueden estar encubriéndola, y para esto hemos de conocer nuestras circunstancias.

Existen tres elementos que podemos decir que sufrieron una transformación radical y que resultaron en un nuevo modelo social, como propone Dr. Dallas. Soy consciente de que estoy simplificando en exceso y que puede que deje elementos importantes sin mencionar, pero pido que lo perdonéis por el bien del argumento.

El primero de estos elementos que sufrieron una transformación fue la religión. Dice Dr. Dallas:

La “laicidad”, la secularización del Estado, abole la religión, ya que la religión sólo puede existir como entidad social bajo órdenes Divinas. “Religio” significa vincular, atar-juntos. Una vez definida la religión como un sistema personal de creencias, ha sido reducida en realidad a una mera condición psicológica.[8]

Para que esto fuese posible hubo que adoptar la doctrina del humanismo, que relega a Dios del centro del proyecto humano y en su lugar pone al ser humano.

El segundo elemento que sufrió una transformación es el de las finanzas. Estas habían estado –al menos en el tiempo que precedía a la Revolución– en manos del clero. Dr. Dallas dice:

A manos suyas, el cristianismo fue abolido. El clero, que desde Richelieu, había sido la clase financiera, fue barrido y masacrado con entusiasmo. En su lugar apareció una nueva élite financiera con una moneda también nueva. Los banqueros, que habían acrecentado su poder de forma paulatina desde los tiempos de Luis XIV, surgieron con una nueva valoración del dinero. En vez de la díada formada por monedas de oro y plata estampadas con la efigie del monarca, aparecía ahora una nueva moneda, el papel moneda. En vez de la riqueza ‘real’, el oro, surgía ahora una nueva riqueza cuyo valor en la práctica era el de los números mostrados, pero en términos reales, el del papel el que estaba impreso. Moneda sin duda utilizable pero condenada a la fluctuación y la inflación dependiendo de lo que la respaldaba. Y un día, este papel moneda se libra de las ataduras de la garantía que lo avala y pasa a ser un sistema numérico abstracto que soslayando incluso su forma de papel, se convierte en la red tiránica mundial de un sistema de riqueza que se reduce a una serie de señales electrónicas de información que pasan de un ordenador a otro.[9]

En tercer elemento fue la eliminación de la feminidad, de la mujer, puesto que su mera existencia amenaza el programa de la retórica racionalista masculina en la que se basa el humanismo que permite abolir a Dios y que permite el cambio de un sistema basado en un dinero con valor intrínseco a uno sin ningún valor. Dice Dr. Dallas en La Hora del Beduino:

El Estado legalista y absolutista engendrado por la Revolución, la democracia política, no tenía espacio para la ‘mujer’ que había sido incluida bajo el término ‘ciudadano’ y, como tal, depuesta y asexuada. El juicio y ejecución de la Reina pondrían fin a la vulnerabilidad del hombre, a su impotencia, dependencia e incluso dominio por parte de la mujer. Ahora, las reglas iban a gobernar. La retórica, esa terrible arma masculina, iba silenciar, de una vez por todas, esa ilícita alegría, ese deleite y ese placer que constituyen la feminidad.[10]

El final del Antiguo Régimen tuvo también como consecuencia la abolición de la responsabilidad individual y la capacidad del individuo para dirigir y actuar sobre los eventos, representada en su máxima expresión por la figura del rey.

Dr. Dallas nos dice que lejos de ver todo esto como eventos lejanos en el tiempo y que no nos afectan hemos de ser consciente de que:

Es casi imposible de-construir la situación actual sin un reconocimiento, una identificación de los primeros prototipos que se establecieron, no sólo en la Revolución Francesa, sino que se han repetido con absoluta claridad en Revoluciones posteriores.[11]

Lo que estamos pretendiendo es, de una forma basta y rápida, mostrar que para poder descubrir cuál es nuestra fitra debemos de saber qué aquello que la está encubriendo.

Hemos dicho que el individuo es resultado y la vez efecto de un patrón de comportamiento social, que uno es el reflejo del otro. Los cambios que han ocurrido en y desde la Revolución Francesa han establecido un patrón social, basado en una versión de realidad, y esto ha creado un individuo concreto. La doctrina que subyace a los cambios en el patrón social dice Dr. Dallas:

(…) es que, tras haber llegado a ello partiendo de una causa original, el propósito esencial de la humanidad es el siguiente: el hombre en cuanto animal social, una vez liberado de los vínculos de sangre, de la familia y de la tribu, se vio obligado a encontrar un método de vida en común con los de su propia especie. La lucha por obtener un modelo social que permite al hombre vivir para siempre en paz y armonía con su vecino, libre e iguales, ha supuesto siglos de proyecto fracasados salpicados de guerra terribles, hambres y enfermedades. Y por fin, como si dijéramos, gracias a la agitación de los colonos americanos y los ciudadanos franceses, y una vez que los americanos habían masacrado a los indios y los franceses a los habitantes de La Vendée, apareció la forma de vivir en una paz perpetua. El final estaba cercano. Lo único necesario era imponer ahora este sistema a una humanidad agresiva y reticente para salvarles de sí mismos. Si llevados por la irracionalidad de su ignorancia rechazaban este sistema (al que llamaban democracia según el método de la ciudad-estado griega en la que existía una representación directa que coexistía con una subclase de esclavos) no quedaría más remedio que darles una lección hasta que por fin los supervivientes se sometiesen a tener garantizada esa libertad. La imposición mundial de la democracia significaba por supuesto, que la lucha de tantos siglos había terminado. En el futuro ya no habría conflictos, en su lugar surgiría el consumo y la práctica sexual sin límites, plena y sin culpabilidad alguna. La historia había terminado.[12]

Esta doctrina, que es la que subyace al patrón cultural actual, tiene como resultado un individuo concreto. Un individuo que según Dr. Dallas:

(…) se siente[n] cohibido[s] a la hora de enfrentarse al Leviatán. Condicionados y preparados para no resistir, no digamos ya derrocar, al sistema, es un hecho evidente que el hombre contemporáneo se siente impotente. Al habérsele dicho que la libertad reside en la individualidad, está convencido de que su aislamiento es el regalo que le otorga el orden social. No hagáis olas. Permaneced en el medio, los extremos destruyen. Philip Rieff, uno de los psicoanalistas freudianos más prominentes, afirma que el hombre moderno psicoanalizado se ha comprometido a “mantener una renuncia activa ante las cuestiones tal y como son, a albergar una esperanza modesta y a tener un deseo realizable. … El hombre psicológico … lo mismo que su predecesor, el hombre de la economía de mercado … entiende la moralidad como algo que conduce a una actividad en aumento. Lo importante es ¡seguir adelante!” La libertad ha sido reducida a ser una resignación activa. La igualdad ha sido confirmada mediante la concesión universal del crédito. La fraternidad está garantizada, ahora que todos somos deudores. Tu deuda es personal. Tu religión es personal. Tu voto secreto. La historia, incluso la tuya, toca a su fin.[13]

Esta es la versión de la realidad que se ha impuesto para esconder lo que realmente esta sucediendo. La usurpación y concentración de la riqueza en cada vez menos manos. Y estas manos no son abstractas. Y esto lo que está realmente pasando. Dice Dr. Dallas:

Esta ha sido la leyenda de un hiper-capitalismo que ha convertido en financiera la antigua entidad política que era el Estado moderno napoleónico y piramidal. Durante el proceso, ha destruido de forma sistemática la eco-estructura del planeta y ha reducido a las masas del mundo, con inexorabilidad matemática, a una comunidad de esclavos en constante incremento. Y al mismo tiempo, una élite minúscula cada vez menor amasa una riqueza cada vez mayor y de una magnitud desconocida en la historia.[14]

Nuestro propósito es vislumbrar el camino que nos lleva a encontrarnos con nuestra fitra. Hemos entendido fitra como el patrón cultural de los primeros seres humanos que funcionaba porque estaba en armonía con el proceso natural. Esta armonía con el proceso natural lleva al hombre a poder conectar con su propia naturaleza innata. Por lo tanto, el proceso para volver a la fitra tiene dos vertientes interconectadas. Por un lado, el establecimiento de un patrón social y por otro el de uno individual.

Dice Dr. Dallas en su obra El Ínterin es Mío:

El horror de esta época es la impotencia sonámbula de las masas a la hora de ACTUAR para poner freno al holocausto global. Esta irrefutable condición del género humano es lo que nos permite calificar a la sociedad técnica de psicosis.[15]

Por lo tanto, el fin de la psicosis colectiva está en la acción. Dr. Dallas propone un modelo de acción basado en el conocimiento que llama el microciclo. Lo llama así para alejarse, sin negarlo, del fatalismo de los macro-ciclos. Podríamos decir que es como si contemplamos el universo desde la perspectiva de la mecánica newtoniana –los macro ciclos– o de la física cuántica –los micro ciclos.

Dr. Dallas define esta ciencia nueva del microciclo compuesta de dos partes. La primera considera el grupo activo, o para ser más precisos, el grupo activador.

La segunda parte considera la aparición en el suceso del individuo activo, o para ser más precisos, del individuo facultado. Es decir, por un lado el patrón cultural de un grupo humano por otro el patrón de comportamiento del individuo.

En cuanto al grupo activador, Dr. Dallas dice que la cualidad fundamental de este es el concepto de Ibn Jaldún de la asabiyya. Dr. Dallas define asabiyya como el “espíritu del grupo” pero dice que esta contiene una valoración moral similar a la del término futuwwah, caballerosidad o nobleza de carácter.

Asabiyya une a los hombres para que descubran el poder de actuar, transformar y mandar. Si su poder motriz es elevado, su hermandad se eleva aún más. Si está presente el factor vinculante (religió –unir–), esto es, la religión Divina que constituye la posibilidad más elevada, el triunfo está garantizado.[16]

Para que esta asabiyya sea posible Dr. Dallas dice que:  

En su mismo núcleo tenemos que encontrar una pareja, esa pareja liberadora que muestra a la mujer defendiendo el proyecto de su amado esposo con respecto a la humanidad y la ‘mujer-idad’.[17]

Dice Dr. Dallas en El Ínterin es Mío:

El vínculo matrimonial es fundamental para la armonía social y la supervivencia. Esto no debe tomarse en un sentido burgués o Victoriano. Este reconocimiento del matrimonio está basado en una sociedad que asume y respeta su patrón social.[18]

Y continúa diciendo:

Al haberse abolido el matrimonio como institución, puesto que en su esencia es una institución económica, los hombres modernos, a pesar de poder combatir como mercenarios esclavos, no puede luchar en las guerras. Las corporaciones son las que hacen las guerras. Los hombres, en cuanto consumidores y mineros, han sido convertidos en algo pasivo. Dicho con otras palabras: castrados y carentes de identidad como grupo social. Esta es la situación global atea. La única sociedad que puede recuperar los imperativos categóricos de la especie humana en evolución, es la sociedad que adora lo Divino.[19]

Aquí tenemos los dos elementos fundamentales del patrón social natural que es conductivo a que el individuo se encuentre en un estado de fitra. Un grupo humano cuyo vínculo es la asabiyya más elevada, el reconocimiento de lo Divino, y cuyo centro es la unión de una pareja liberadora en matrimonio. Como dice Dr. Dallas:

El nuevo nomos no ha desaparecido de la tierra. Ha logrado sobrevivir. Y ahora está listo, una vez más, para surgir en el ámbito más amplio de la renovación cívica.

Será la interconexión entre grupos formados por los jóvenes más noble y las mujeres más excelentes, unidos todos en la adoración del Señor del Universo, lo que limpiará las ciudades de plástico y contaminadas. La clase política se desvanecerá, ni siquiera será necesario asesinarlos. Son totalmente innecesarios. Sus doscientos años escasos de gobierno han terminado. La moneda nihil de números y trozos de papel revolotean por las calles, en los alrededores de los edificios vacíos de los bancos. Algunos serán convertidos en hospitales y tiendas, e incluso en mezquitas una vez lavados y fregados.

Los que todavía están afectados por la miasma del capitalismo preguntarán: ¿Cómo va ser posible? ¡No tenemos la fuerza necesaria!

Los jóvenes nobles, los Compañeros que acaban de salir de la Cueva del siglo XXI, les responderán:

“Cuántas veces ha ocurrido que un pequeño grupo ha conseguido la victoria sobre otro mucho más grande gracias al permiso de Allah. Allah está con lo que perseveran”.[20]

Esta es la naturaleza y cualidad del grupo activador. Veamos ahora cuál es la del individuo facultado.

*** Parte II ***

Los que hemos propuesto es que la fitra es la naturaleza innata del ser humano y que por lo tanto está ahí, subyacente. Para descubrirla es necesario que haya un patrón social que sea conductivo a ello. También que haya un individuo sobre el que se construye este patrón social predispuesto a descubrir. Hemos visto los elementos sociales que dificultan este descubrimiento y cuáles son las cualidades del grupo que lo propician y facilitan. Hemos llamado a esto, de acuerdo con Dr. Dallas, el «grupo activador”. Ahora vamos a explorar la condición del individuo predispuesto a descubrir, el “individuo facultado”, y aquello que está impidiendo que surja.

Hemos empezado diciendo que se ha impuesto una interpretación de la realidad. Es la aceptación de esta interpretación como realidad lo que lleva a la psicosis actual en la que vive el hombre moderno. Dice Dr. Dallas en Los mecanismos del universo destrozado:

El desarrollo de este nihilismo decisivo en el que no sólo es nada (la oligarquía) y nadie (el Emperador) lo que se manifiesta como tal, exige también que la gente (el Imperio) llegue a creer que la charada y los actores son genuinos, al tiempo que son inconscientes de que todo es falso. Aceptar las mentiras (oligarquía, Imperio, Emperador) como el mundo real, exige una dislocación entre naturaleza y acontecimiento que implica que la supervivencia depende de transformar una psicosis en una realidad.[21]

El aceptar esta versión de la realidad, que vivimos en una sociedad libre, igualitaria hermanada, cuando en realidad somos deudores pasivos atrapados en un sistema político que elimina la capacidad de acción basado en una cadena invisible de impulsos electrónicos, conlleva vivir en una mentira. Dice Dr. Dallas:

Algo había sucedido. No eran los acontecimientos. Ni siquiera los actores en la escena. Tampoco era la inmoralidad. Había tenido lugar una dislocación del ‘yo’ experimentador (…) que era más profunda que los actos de esclavitud. El ciudadano romano, hijo de la República, había sido esclavizado; pero no era la esclavitud de los gladiadores. Espartaco podía rebelarse, pero el ciudadano no. Esto era un nuevo logro, la creación de un esclavo obediente, libre a decir de todos, que disfrutaba del circo y del espectáculo. En ese momento había nacido nuestra especia contemporánea.[22]

Esta es la situación del hombre moderno que le relega incapaz de actuar, puesto que vive en una ficción que se ha creído, y no se puede actuar sobre una ilusión. Si se intenta, lo que sucede es que la ilusión se vuelve más grande. Dice Dr. Dallas en la misma obra:

En mi propia vida, la incipiente oligarquía de los financieros inició su reinado en Bretton Woods. Formularon una postura ideológica que era necesaria para proteger su oculta posición en la sociedad moderna. Sus guionistas decretaron que la historia no era, ni podía ser, narrativa. Los acontecimientos eran demasiado complejos. La gente no hacía la historia; la historia hacía la historia. ¡El flujo es lo que la hacía![23]

Hemos dicho que el individuo facultado es aquel capaz de actuar y, por tanto, tiene que ser un individuo que actúe sobre lo que las cosas son, y no sobre lo que pretenden ser. Un hombre que es capaz de ver la ficción que es la versión de la realidad que se le presenta. Dr. Dallas nos define la realidad del sistema en el que vivimos.

El sistema mundial –que es un abstracto entramado matemático que domina todas las transacciones y está basado en la fantasía irracional del incremento perpetuo– gobernado por un oculto, no secreto pero muy bien escondido, puñado de ladrones y tahúres inmorales y totalmente despreciables –un grupo que actúa como los sumos sacerdotes de lo numérico– este sistema, repito, está doblemente condenado al fracaso. Condenado, matemáticamente, en cuanto sistema. Condenado porque estos Titanes, como Jünger los llamaba, son en realidad enanos despreciables.[24]

La acción del hombre facultado, por tanto, no puede ser actuar sobre un sistema condenado y ficticio, sino para crear un modelo alternativo. Pero para esto, para salir de la psicosis, hay que llamar a las cosas por su nombre. Dice Dr. Dallas:

Nombrar es el vínculo entre la criatura y la creación. Es la facultad diferenciadora. Significa umbrales, límites, indicaciones. El nombre en sí es la indicación primigenia del lenguaje. Gracias al lenguaje el grupo social humano puede conferir orden y significado a la existencia vivida.[25]

Orden y significado es lo opuesto al nihilismo. Orden y significado es cordura. Es salir de la psicosis colectiva. Dice Dr. Dallas:

La pasividad de las masas de hoy en día está producida por la impotencia que invade una vida en la que un sistema de dinero no-existente les ve nacer con una deuda, viven esclavizados por ella y tiene un futuro en el que no podrán librarse de ella. Ni siquiera es metafísico, pues no tiene una fisicalidad que se pueda transcender. No es una cosa. Y si vuelve la cordura, tampoco tendrá un nombre.[26]

El primer paso del hombre facultado es recuperar la cordura. El primer paso de recuperar la cordura es el discernimiento de poder llamar a las cosas por su nombre. Cuando el hombre puede llamar a las cosas por su nombre, puede reconocer a su Creador. Dice Dr. Dallas:

La realidad del ser humano es que tiene una apertura dinámica a lo Divino: El lenguaje (…) Y el lenguaje es la puerta a la sabiduría.[27]

La sabiduría es la cualidad del hombre facultado. Del hombre capaz de actuar. Hemos visto qué la cualidad diferenciadora del grupo activador, en esta ciencia del micro-ciclo que propone Dr. Dallas -y que no es otra cosa que la ciencia de la acción liberadora- es la asabiyya basada en la futuwwah. La cualidad diferenciadora del individuo activador, del individuo facultado, es la sabiduría. Para acceder a esta sabiduría, el hombre tiene que entender:

(…) que, lo que sucede en la vida, lo hace en tres niveles de forma simultánea: el externo, el interno y el oculto.[28]

Esta es la sentencia con la que Dr. Dallas comienza su última obra “La ciudad entera”. Este texto, al que no haré justicia hoy, es el comienzo de la sabiduría puesto que es el comienzo del conocimiento de uno mismo. Esta obra, a través del comentario de tres textos, propone que todo cuanto ocurre lo hace en tres planos diferentes simultáneos.

El primero, es el teórico, el de las ideas, ejemplificado por el texto Vindiciae contra tyranos, la introducción histórica de Harold Laski. Este texto comienza así:

Todos los sistemas políticos son el reflejo natural de su entorno histórico y no ha existido obra política influyente que no haya sido, en esencia, la autobiografía de su época. Esto no significa que careciera de un cierto sabor universal. Las ideas engendran una descendencia que pronto sobrepasan los limitados conceptos de su creador.[29]

Lo que este texto propone, en esencia, es que la manifestación política en un momento dado es un reflejo de su época y de los hombres que hay en ella.

Dr. Dallas dice:

Una vez que se ha comprendido que una sociedad cambia siguiendo las facetas del modelo de Polibio, también cambia el hombre en sí; y la prueba de ello es que el lenguaje también cambia. El lenguaje es el instrumento para decir la verdad, pero también puede transformarse, no en algo que cuenta mentiras, sino en algo mucho más peligroso: contar invenciones, narrar a otros hombres una visión que imposibilita la acción liberadora.[30]

Lo que Dr. Dallas no dice es que, para no quedarse atrapado en el nivel de las ideas, de las teorías, tenemos que entender que la sociedad cambia siguiendo el modelo de Polibio: monarquía, tiranía, aristocracia, oligarquía, democracia, oclocracia. Esto nos llevará a entender el momento en el que nos encontramos y no creernos las invenciones que nos cuenten. Nos permitirá mantener la cordura y nos dará la capacidad de actuar.

El segundo plano es el de la acción del individuo y su motivación. Esto está representado por la obra de teatro de Christopher Marlowe La masacre de Paris. La intención de este texto es mostrar cómo la acción individual afecta al evento histórico. Dice Dr. Dallas:

El Marlowe clasicista, poeta y dramaturgo se ve obligado en toda su obra a confrontar la naturaleza del poder político y su origen en el individuo que pretende un objetivo personal o tiene ambiciones sociales.[31]

Si librarnos del apego a las teorías para poder ver los hechos en sí es necesario para la acción liberadora, lo que Dr. Dallas nos propone ahora es que también hemos de ser conscientes de otra imposición sobre la acción, esta interna, que es la de los objetivos personales y las ambiciones sociales. Hemos de ser conscientes de cómo estos afectan a nuestra acción y la de otros y como se relacionan con el plano de lo externo, de las ideas. Es, también, una forma de mostrarnos que los eventos históricos, no solo se explican por las ideas que los envuelven, sino por las personas que los ejecutan y sus objetivos y ambiciones.

Esto, en sí, también es liberador. La historia no la hace la historia, el flujo, sino que la hacen los hombres que actúan en ella. Nuestra acción puede ser decisiva. Dr. Dallas dice:

Marlowe había abierto una puerta que daba a un mundo negado hasta entonces. Un mundo donde los hombres asumían la responsabilidad total de sus acciones en un presente con un pasado que ahora debía confrontarse (…).[32]

Por último, el tercer plano, es el de las pasiones y los mitos que subyacen a las ideas y los objetivos y que son, en gran medida inconscientes. Y que por eso mismo Dr. Dallas lo llama la “matriz del poder”.

Para esto el autor nos propone una obra escrita por él mismo: Edipo y Dioniso, y nos dice:

La versión dramática de lo ocurrido no está en un nivel inferior a la narración política o teórica del suceso; lo que más bien se puede decir, es que la visión filosófica es, por así decirlo, ajena a la cuestión mientras que la versión dramática desvela lo que los protagonistas ocultan en su retórica y en sus acciones.[33]

Aquí es importante mencionar que Dr. Dallas rechaza que la psicología y el psicoanálisis puedan ayudarnos a llevar a cabo una acción liberadora, que es el resultado del hombre facultado. Y para esto menciona al pintor surrealista Max Ernst. Este le dijo:

“Debes comprender que Freud no había aislado el Inconsciente situado en la córtex del ser humano; lo que había hecho fue dar un traspiés, sin apenas ser consciente de ello, en todo un ámbito. Había descubierto de nuevo el No-visto.[34]

Y a diferencia de esto, cita a D.H. Lawrence cuando dice en su libro Psicoanálisis e inconsciente:

Tenemos que regresar a nuestro propio inconsciente. Pero no al inconsciente que es el reflejo invertido de nuestra consciencia ideal. Tenemos que descubrir, si somos capaces, el inconsciente verdadero donde la vida bulle en nuestro interior, anterior a toda mentalidad. La primera vida que bulle en nosotros, inocente de toda alteración mental, eso es el inconsciente. Es impoluto y no es ideal en forma alguna. Es el origen espontáneo a partir del cual nos corresponde vivir.[35]

Para que la acción del hombre facultado sea liberadora tiene que retornar a este inconsciente. Para que la acción no sea esclava de, como dice Dr. Dallas:

Las pasiones intentan obligar al presente a que sea un ámbito de venganza en el que por fin se resuelve el crimen antiguo, al tiempo que el ‘yo’ despertado intenta construir una realidad nueva y futura.[36]

El hombre facultado para la acción liberadora debe de vivir en un estado de fitra. Dice Dr. Dallas:

Como no podemos elegir qué zona es la preferida ni tan siquiera qué clase de hombres deberíamos ser, predestinado a una época determinada y a unos padres concretos, tenemos que realizar o ir más allá del momento que se vive en el ciclo.[37]

La única forma de hacer esto, dice Dr. Dallas es:

Es ese círculo de hombres y mujeres vinculados, no por sangre ni por posición, sino por una calidad de vida compartida que exige la adoración pura del Señor del universo y una continuada competición entre sus miembros en lo que respecta a generosidad, apoyo, sustento, aprendizaje e interés mutuo.[38]

La asabiyya basada en la futuwwah en la cualidad definitoria del grupo activador, la sabiduría basada en fitra es la cualidad definitoria de la hombre y la mujer activadora. Esta simbiosis es la que puede crear un nuevo nomos.

El fundamento de la fitra es el conocimiento de uno mismo. Y como dijo El Profeta, que la paz sea con Él, quien se conoce a sí mismo, conoce a su Señor.

Esto solo es posible cuando estamos en el camino del conocimiento de nosotros mismos y compartimos este camino con otros seres humanos que nos confirman que no somos parte de la psicosis colectiva, que estamos cuerdos.

El camino del conocimiento de uno mismo es el del conocimiento del No-visto y este el del atestiguamiento de la realidad, esto es la base de la fitra. Allah dice en el Corán:

وَإِذْ أَخَذَ رَبُّكَ مِنۢ بَنِىٓ ءَادَمَ مِن ظُهُورِهِمْ ذُرِّيَّتَهُمْ وَأَشْهَدَهُمْ عَلَىٰٓ أَنفُسِهِمْ أَلَسْتُ بِرَبِّكُمْ ۖ قَالُوا۟ بَلَىٰ ۛ شَهِدْنَآ ۛ أَن تَقُولُوا۟ يَوْمَ ٱلْقِيَـٰمَةِ إِنَّا كُنَّا عَنْ هَـٰذَا غَـٰفِلِينَ

Y cuando tu Señor sacó de las espaldas de los hijos de Adam a su propia descendencia y les hizo que dieran testimonio: ¿Acaso no soy Yo vuestro Señor? Contestaron: Sí, lo atestiguamos. Para que el Día del Levantamiento no pudiérais decir: Nadie nos había advertido de esto. (7:172)

Algunos exegetas sitúan este evento inmediatamente tras la creación de Adam, otros lo hacen antes o después de su descenso del Yanna a la Tierra, pero la mayoría lo reconocen como algo ocurrido antes, valga la contradicción, de la creación del tiempo.

Si tomamos esta última opinión, la más reconocida, entonces podemos decir que la génesis del ser humano, el primer momento de su existencia, individual y colectiva, es un evento atemporal de reconocimiento de la Realidad. Esto, a su vez, deja una marca en cada individuo, como una marca de agua sobre una hoja en blanco, no importa lo que escribamos sobre ella y cuánto la cubramos, seguirá ahí. Podríamos considerar esto como el fundamento de la fitra.

Esta fitra, o esta marca que llevamos, no es algo que haya ocurrido en un pasado lejano, que no podemos recordar. Este es el argumento de quienes encubren su propia realidad, de los kuffar. Es, también, una sus principales confusiones. El Día de Alastu es cada uno de nuestros días. Es un pacto que se renueva a cada instante.

En cada momento de nuestras vidas tenemos la capacidad de atestiguar este pacto. Esto es lo que nos libera de todas las ilusiones, las propias y las ajenas, y nos permite contemplar y ser un reflejo de la Realidad. Esto es lo que libera nuestra acción de teorías, objetivos personales y pasiones.

Este es el fundamento bajo el cual nos reunimos con otros seres humano y bajo el cual se debe fundar nuestro proyecto personal y cívico.  


[1] Los ayat de este documento están citadas de Traducción comentada del Noble Corán en Lengua Española por Abdel-Ghani Melara Navío, Madina al-Munawwara, p. 168

[2] Carl Schmitt, Nomos de la tierra (alemán: 1950; español: 1979, Granada 2002)

[3] Traducción comentada del Noble Corán en Lengua Española por Abdel-Ghani Melara Navío, Madina al-Munawwara, p. 405

[4] Ian Dallas, El Ínterin es Mío, Madras Editorial, 2013, p. 19-20

[5] Ibid. p. 12

[6] Ian Dallas, La Hora del Beduino, Madrasa Editorial, 2008, p. 13

[7] Ian Dallas, El Ínterin es Mío, Madrasa Editorial, 2013, p. 18-19

[8] Ian Dallas, La Hora del Beduino, Madrasa Editorial, 2008, p. 63

[9] Ibid. p. 114-115

[10] Ibid. p. 125-126

[11] Ibid. p. 66-67

[12] Ibid. p. 260-261

[13] Ibid. p. 265-266

[14] Ibid. p. 250-251

[15] Ian Dallas, El Ínterin es Mío, Madrasa Editorial, 2013, p. 130

[16] Ian Dallas, La Hora del Beduino, Madrasa Editorial, 2008, p. 301

[17] Ibid. p. 297

[18] Ian Dallas, El Ínterin es Mío, Madrasa Editorial, 2013, p. 21

[19] Ibid. p. 22

[20] Ibid. p. 121-122

[21] Ian Dallas, Los Mecanismos del Universo Destrozado, Madrasa Editorial, 2013, p. 44

[22] Ibid. p. 33-34

[23] Ibid. p. 38

[24] Ibid. p. 158

[25] Ibid. p. 177

[26] Ibid. p. 178-179

[27] Ibid. p. 183

[28] Ian Dallas, La Ciudad Entera, Madrasa Editorial, Introducción.

[29] Ibid. p. 25

[30] Ibid. p. 120

[31] Ibid. p. 164

[32] Ibid. p. 295

[33] Ibid. p. 289

[34] Ibid. p. 367

[35] Ibid. p. 367

[36] Ibid. p. 369-370

[37] Ibid. p. 373-374

[38] Ibid. p. 374

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